El Museo Nacional de Bellas Artes inaugura el miércoles 21 de agosto, a las 18, la muestra “Julio Le Parc. Transición Buenos Aires-París (1955-1959)”, que presentará en el Pabellón de exposiciones temporarias un centenar de pinturas, dibujos, acuarelas y grabados, algunos de ellos nunca exhibidos, que celebran la obra temprana del gran artista argentino.

Julio Le Parc oriundo de Palmira (Mendoza) nace en 1928. En 1942 se mudó con su familia a Buenos Aires, en 1943 ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, abandonándola al año siguiente, reanudándola en 1955 llegando a ser presidente del Centro de Estudiantes de Artes Plásticas y miembro del Consejo Directivo de la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Al observar las obras murales de Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Manuel Colmeiro Guimaraes, Lino Enea Spilimbergo y Demetrio Urruchúa llegó a la importancia del “espectador” en sus obras, busca involucrarlo dentro de la obra recurriendo a iluminaciones artificiales, reflejos y movimientos como son las bandas mecánicas que se mueven por dispositivos mecánicos ocultos, el fluir de líquidos fosforescentes, el movimiento de hilos de nylon, sus esculturas llegan a ser instalaciones que envuelven a los espectadores .

En 1957 incursiona en las obras abstractas En 1958 es becado por el gobierno francés, instalándose en París en donde fundando en 1960 fundó el GRAV (Groupe de Recherche d’Art Visuel [Grupo de Investigación de Arte Visual]) formando parte, al mismo tiempo, de la Nueva Tendencia.

En 1966 realiza su primera exposición privada en la galería de arte Sage de Howard (Nueva York) pocos meses después, obtiene el primer premio de la Bienal de Venecia; en 1967 expone Desplazamientos, una de sus mejores obras en el Instituto Di Tella, aquí en Argentina y participa exitosamente en la exposición Luz y Movimiento organizada por el Museo de Arte Moderno de París.

En el mítico mayo francés de 1968, cuando se proclamaba” La imaginación al poder” participó de los llamados “ateliers (talleres) de las personas” hasta que fue expulsado del país por cinco meses, pudiendo regresar merced a las protestas de otros artistas e intelectuales.

En la década de 1960 que Le Parc es considerado dentro del movimiento llamado Op-art del arte cinético, e incluso del arte conceptual, aunque los trasciende y su obra es más experimental.

En 1969 tras la disolución del GRAV y al participar en la exposición llamada Ocho Artistas Cinéticos, regresó a la pintura trabajando en una gama de catorce colores.

En 1982 recibió el Premio Konex – Diploma al Mérito como uno de los artistas plásticos más importantes de la última década en Argentina. En 1987 obtuvo el primer premio en la Bienal de Cuenca.

La obra de Le Parc fue vanguardista, innovadora, audaz; en ella se utilizan como elementos de la plástica principalmente aquellos que sorprenden o que sugestionan a la mirada -y, a través de ella, al sujeto todo-. .
En 2004 elaboró junto a Yvonne Argenterio a Elettrofiamma, en Italia, una serie de esculturas “torsiones”, presentó el evento Verso la Luce, en el Castillo de Boldeniga (Italia), con la escultura l del mismo nombre.

A finales de 2006 instala un sistema óptico especular en las Galerías Pacífico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que permite la correcta iluminación, y un juego reflexivo, de los murales existentes en las mismas.

En 2013 recibió un premio reconocimiento humanístico en el Palais de Tokyo de París, que lo agarra estando socialmente comprometido con la inmersión técnica ya viviendo en Francia.

En cuanto a su obra, Julio le Parc prefiere hablar de experiencia o performance y no de arte.

“Julio Le Parc. Transición Buenos Aires-París (1955-1959)”, es una exposición digna de ser visitada para los amantes del arte, con entrada gratuita.

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