Entre las muchas imágenes que dejará este período de encierro que toca atravesar, hay muchas muy ligadas a la alimentación y a la salud en general: carritos de compras llenos, heladeras que rebalsan, manos experimentando todo tipo de amasados en las redes, cenas de amigos por videollamada o familias enteras haciendo actividad física frente al televisor.

Esta tendencia, que resulta lúdica para algunos, está afectando en cambio a quienes atraviesan algún trastorno de la conducta alimentaria. Los expertos advierten del aumento de consultas y brindan consejos para crear hábitos y rutinas planificadas.

Hablamos con la Licenciada en Nutrición Daniela Lopilato, quien nos comentó: “entendemos que el hecho de estar encerrados en nuestras casas por tanto tiempo es importante y efectivo contra el COVID-19, pero por otro lado, el sedentarismo, el mayor consumo de alimentos poco nutritivos y/o industrializados, sumado al estrés, el miedo, la angustia, la ansiedad, las incertidumbres de todo tipo que genera esta pandemia por la que atravesamos aumentarían sin lugar a dudas los índices de sobrepeso y obesidad a nivel mundial y con esto también aumentarían las enfermedades crónicas no transmisibles que se relacionan con el aumento de grasa corporal como diabetes, hipertensión, hipercolesterolemias, síndrome metabólico, etc.”.


En Argentina el 60% de la población tiene sobrepeso y obesidad, con lo cual es lógico y esperable que estos porcentajes continúen en aumento, post cuarentena. Según la OMS Organización Mundial de la Salud,  2.8 millones de personas mueren cada año por esta causa.

Los especialistas recomiendan la importancia de establecer horarios y rutinas para todo, aunque a veces nos resulte muy difícil. Ya sea para comer, hacer las actividades de la casa, cocinar, comprar alimentos, hacer actividad física, trabajar online los que lo hacen, hacer las tareas con los chicos, y fundamentalmente para descansar lo necesario, porque si no lo hacemos, todas nuestras emociones y malestares potencian generado desequilibrios hormonales, generando un gran desequilibrio metabólico trayendo como consecuencia la producción desequilibrada de grasas en nuestro cuerpo.


Recomendaciones alimentarias durante el Covid-19

✔ Mantener una buena hidratación es fundamental.
✔ ¡Moverse más! Obligatoriamente. Hacer algún tipo de actividad física. Hay disponibles varias plataformas virtuales para esto y muchas son gratuitas.
✔ Exponerse al sol de 20 a 30 min por día al menos 3 veces por semana ahora que viene el frio donde puedan (balcón, terraza, patio, jardín). Esto es importante para obtener la cantidad de Vitamina D que necesitamos. El resto podemos obtenerla a través de los lácteos, huevos y alimentos fortificados.
✔ Consumir al menos 5 porciones de entre frutas y verduras por día.
Ahora que tienen más tiempo realicen preparaciones básicas con distintos vegetales y/o verduras como tortillas, budines, soufflés, pasteles.
✔ Seleccionar alimentos “integrales” y legumbres.
Para cocinar tratar de reemplazar harinas de trigo común x integrales, de avena, de arroz, de legumbres, etc.
✔ Incluir el consumo de frutos secos, semillas y aceites vegetales en crudo.
✔ Consumir lácteos “descremados” con moderación.
✔ Consumir carnes de 3 a 4 veces x semana (1 a 2 veces carnes rojas, el resto blancas, como pollo y pescado y huevos). Huevos: 4 veces por semana aproximadamente y claras libres.
✔ Evitar alimentos ultra procesados y comidas rápidas que contienen más grasas perjudiciales, sodio y azúcares. Reducir el tamaño de las porciones: esto se logra haciendo todas las comidas del día estableciendo horarios y rutinas.
✔ Evitar el alcohol!! En el caso de que les cueste mucho hacerlo y más aún en estos tiempos: No sobrepasarse de 2 copas de vino o cerveza al día los hombres y 1 copa las mujeres.
✔ ATENCION!!! No previenen, ni curan el Coronavirus:
Los probióticos o prebióticos, nutracéuticos, hierbas, megadosis de Vitamina C, sueros y polvos mágicos, etc.
✔ NO hacer compras exageradas. No es sostenible, solidario, ni ético en estos momentos.

Tratar de organizarse para comprar sólo lo necesario de acuerdo a las comidas que planifiquen en base a esto.


Cuando comes ¿alimentas tu cuerpo o tus emociones?

En la esfera de la salud mental existen problemas psicológicos y psiquiátricos que acompañan, con frecuencia, a los trastornos alimentarios. Estos problemas pueden afectar de manera decisiva el desarrollo psicosocial de los adolescentes y es de gran importancia su detección y tratamiento temprano.

Los rasgos de la personalidad tienen una gran relevancia en el inicio y en el mantenimiento de los trastornos alimentarios. En tiempos de confinamiento se podrían hacer más evidentes rasgos como obsesividad, rigidez mental, perfeccionismo, dependencia, meticulosidad o inhibición social.

En estos tiempos de pandemia el “hambre emocional” está más presente que nunca, justamente por todo lo que estamos viviendo. El hambre emocional es el protagonista absoluto en el comportamiento alimentario de las personas por eso es muy importante saber detectarlo para poder controlarlo.

¿Comes por ira, estrés, tristeza, ansiedad, aburrimiento, desgano, nervios, alegría, alguna combinación de todas estas emociones?


Trastornos alimentarios y redes, una mezcla peligrosa

Muchos se sienten angustiados por la alimentación o la rutina que están llevando en cuarenta y deciden ponerse las pilas buscando información nutricional, recetas y dietas extremas en las redes, ya sea de influencers, como de personas que realizan actividad física o venden productos mágicos, en vez de asesorarse con un profesional.


Compran verduras y frutas, pasta de maní, aceites, harinas y alimentos que tal vez nunca probaron pero catalogados como “Fit” por muchos, sin tener en cuenta el costo y más en estos momentos donde todo se fue por las nube, afirma el Dr. Daniel Zimmerman, Médico especialista en adicciones, Magister en nutrición y especialista en sobrepeso y obesidad.

La Dra. Liliana Matos – Médica Psicoanalista especialista en Trastornos Alimentarios  nos hace referencia a lo que sus pacientes le refieren: “Pasan los días, las semanas, la ansiedad cada vez aumenta más por prohibirte algo habitual de tu alimentación, notas que no ves diferencias en tu cuerpo, ni en cómo te sentís y la ansiedad sigue aumentando
hasta que te cansas y comes lo primero que encontras (que seguro no será una fruta) y volves a entrar en círculo comer cualquier cosa a cualquier hora sin saber porque comes lo que comes
”.

Según datos de estudios científicos arrojados del Programa Asistencial de IAB  – Equipo interdisciplinario  integrado por psiquiatras, psicoanalistas,  psicoterapeutas de familia, nutricionistas,  médicos clínicos, pediatras, endocrinólogos  y acompañantes terapéuticos, en los últimos años se ha manifestado un notable incremento de los llamados Trastornos de la Conducta Alimentaria (TAC). Los  casos de atracones, picoteo, anorexia y bulimia preocupan especialmente debido a las serias complicaciones clínicas  que presentan, a la tendencia a la cronicidad y al deterioro físico y social que generan.

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