Redes Sociales y Relaciones Sociales, ¿son lo mismo? – opinión.

Redes

¿Nos planteamos en algún momento sobre cómo actuamos en las redes sociales? ¿Existen consecuencias de nuestros actos en el escenario de la hiperconexión en la aldea digital?

Muchas veces nos encontramos, como usuarios de estas plataformas, que nos dan la posibilidad de poder hacer muchas cosas que quizás en otro lugar, como la vida real, no haríamos. Como usuaria activa de redes sociales y distintas plataformas digitales, siempre me pregunté: ¿es posible que esté actuando de la misma manera detrás de una pantalla y en el entorno social que me rodea?

Las redes sociales nos dan esa ventaja de poder opinar sobre lo que queremos opinar, donde queremos opinar e, inclusive, interactuar con quién nos guste opinar. En el caso de tener la intención de buscar a alguien, basta con poner el nombre en un buscador y las posibilidades de contactar a esa persona son infinitas. Resulta increíble como por el simple hecho de hacer un click o usar una aplicación en nuestros teléfonos, hoy se nos presente esa posibilidad.

La tecnología forma parte de nuestros días tanto como el café de la mañana. La psicoanalista Vanessa Marin, especialista en relaciones de pareja,  admite que nunca imaginó pasar tanto tiempo hablando de Instagram, Facebook, Twitter y Snapchat en terapia. La verdad es que hace tan solo diez años, ninguno de nosotros pensó que íbamos a estar tan involucrados en este nuevo escenario digital que converge con nuestra realidad.

Sin embargo, en una encuesta del Pew Research Center de 2014, el 45% de los encuestados, de entre 18 y 29 años en Estados Unidos, dijeron que sus cuentas de medios sociales habían tenido un “impacto mayor” en sus relaciones. En el mundo real, los límites que debemos respetar cuando estamos en una relación son evidentes. Pero las redes pueden desdibujar esas líneas que podrían llevar a la gente a hacer o decir cosas en línea que no haría en la vida real.

En realidad, la mayoría de nosotros nos sentimos incómodos hablando de este tipo de interacciones virtuales. Esto puede deberse a que nos preocupa que los medios sociales sean demasiado frívolos como para hacerlos parte de un debate. Por mi parte coincido con Marin cuando aconseja “no hagas en línea lo que no harías en la vida real”. Es importante reconocer que las redes traen a colación sentimientos reales, y esos sentimientos sí son algo relevante que debería ponerse en cuestión.

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