El multitasking, o multitarea, es la actividad de realizar dos o más tareas al mismo tiempo. En este sentido, por ejemplo, cuando escuchamos un podcast mientras nos arreglamos para el trabajo o cuando hablamos por teléfono mientras aseamos nuestras casas. En el plano laboral existen algunos buenos ejemplos de la gestión multitarea.
Sin embargo, esta acción trae algunas desventajas, entre ellas:
- Estrés. Si demoras más de lo estipulado o no logras hacer todas las tareas, puede generarte mucho estrés.
- Menor calidad de tu trabajo. La atención estará tan dispersa que se dificulta poner atención a los trabajos, esto también generará frustración porque la calidad no será la misma de antes.
- Menor eficacia. De la mano con la anterior, al tener tanta presión el estrés limitará tu capacidad de hacer cosas. El multitasking no es amigo de tu cerebro, ya que le impide saber cuál es la tarea más urgente o necesaria y tomará más tiempo hacerlas.
- Más errores. Es claro que, si tu atención está repartida, algún error cometerás.
- Riesgo de déficit atencional. Al haber prestado atención a muchas tareas, nos costará ponerle atención a solo una cuando queramos hacerlo.
- Baja el rendimiento. Al darle atención a varias tareas aumenta la probabilidad de incurrir en errores, además que el estrés causado por las multitareas inevitablemente mermará tu rendimiento.
Por otro lado, para enfrentarlo se recomienda el timeboxing, una estrategia de gestión del tiempo orientada a objetivos que te ayuda a concentrarte y a finalizar trabajos rápido. La idea central es establecer un bloque de tiempo, definir una expectativa sobre cuánto tiempo crees que debería demandar una tarea.
Además, cada tarea debería tener su propio bloque de tiempo determinado, para garantizar que durante ese tiempo solamente la atención estará puesta en esa tarea. Después, cuando comience el período del bloque, se deben ignorar todas las distracciones hasta que el bloque haya terminado.
