Espert – En búsqueda de otra vía

Se acercan las elecciones y los partidos políticos afirman sus fórmulas. Desde Fernández-Fernández hasta Macri-Pichetto, Lavagna con Urtubey y Massa unido con el Kirchnerismo… Pero, ¿qué otra opción existe?

Una de las opciones es José Luis Espert, el mismo definió tres pilares básicos en los que se debe plantear una política económica que pueda sacar a la Argentina del “deterioro y la decadencia”.


Despertar: Gonzalo Mansilla de Souza, José Luis Espert y Alberto Asseff

Los mismos son:

  • Libre Comercio: “Hay que mantener acuerdos de libre comercio con la mayor cantidad de súper potencias como sea posible. Hoy en día importar en la Argentina es carísimo, sumándole los impuestos”.
  • Bajar impuestos: “A la gente le gravan todos los bienes que se consumen. Las empresas se funden por la presión impositiva”.
  • Legislación para el empleo: Un tercio de los trabajadores están en negro, no debería ser así, no hay ganancia.

Jose Luis Espert

También en su cuenta de twitter @jlespert publicó las “13 propuestas para cambiar de verdad”, las cuales son:

  • Eliminar o reducir aranceles a la importación.
  • Firmar tratados de libre comercio con todas las regiones o países que deseen acceder a nuestros mercados.
  • Terminar con la práctica de gravar con derechos de exportación nuestras exportaciones de commodities, reemplazando la imposición a esos sectores con impuestos internos que graven la renta.
  • Bajar el gasto público del 40% del PBI a poco más de la mitad.
  • La política distributiva debe focalizarse en atender a los sectores más desprotegidos, proveyendo la asistencia en especie que da una escuela básica gratuita, un comedor escolar gratuito, un hospital público gratuito, un entrenamiento laboral gratuito.
  • Transformar los planes sociales en desembolsos en especie (comedores comunitarios, planes de salud y educación, etc.) para los que no quieran trabajar y en efectivo para que los que sí estén dispuestos a trabajar. En cualquier caso a medida que se genere empleo genuino se irán eliminando y entregando a cambio a sus ex beneficiarios una tarjeta que diga “Exento de Aportes Personales y Contribuciones Patronales por diez años”.
  • La baja del gasto público es el único camino posible para una baja de la presión tributaria, que debe empezar por la eliminación de los impuestos distorsivos como el impuesto al cheque e Ingresos Brutos y continuar con una baja sustantiva de la tasa de los impuestos de alta evasión como el IVA y las cargas sociales sobre el trabajo, cuyo elevado nivel es un incentivo formidable para la evasión y la ampliación de la actividad informal.
  •   La baja del gasto público es también necesaria para mantener las cuentas fiscales equilibradas. La ausencia de déficit fiscales y en particular aquellos financiados con endeudamiento externo, es un imperativo en una economía abierta que necesita de un tipo de cambio competitivo para prosperar y crecer sostenidamente.
  • Un componente importante de la baja del gasto público deberá ser la reducción de los gastos del aparato político, cobijado en bancas y empleados excesivos en el Congreso, en las Legislaturas Provinciales, en los Consejos Municipales y en numerosas empresas y organismos estatales.
  •  Una parte sustantiva de la baja del gasto debe producirse en las Provincias y Municipios. Su reducción permitirá la eliminación de la coparticipación federal de impuestos, que es un sistema perverso de transferencias no condicionadas, que promueve el comportamiento económicamente irresponsable y políticamente feudal en las jurisdicciones locales. Si hay provincias que no pueden financiarse, hay que terminar con el artificio, regionalizando grupos de provincias para obtener jurisdicciones que sean autofinanciables.
  • Todos los regímenes de promoción industrial y regional deben ser eliminados, tanto el régimen de Tierra del Fuego como cualquier otro régimen promocional en las Provincias. El desarrollo provincial debe ser genuino y para ello bastará con la liberación de impuestos a las exportaciones de commodities, mantener un tipo de cambio competitivo y liberar mano de obra para las actividades agroindustriales a través del achicamiento de los empleos provinciales y municipales.
  • El sindicalismo debe perder su poder concentrado de extorsión política a través de huelgas generales. Para ello deberá eliminarse el “unicato” sindical, la afiliación obligatoria y la falta de democracia en la elección de los representantes de los trabajadores, prohibiendo las reelecciones continuas.
  • Reformar a fondo el sistema educativo es un imperativo si pretendemos que nuestra gente compita con éxito en la economía mundial. Esto requiere eliminar el control que los sindicatos y las burocracias provinciales tienen sobre el sistema. El Estatuto del Docente debe ser eliminado y como contrapartida los docentes deben formarse y competir para progresar. Los maestros deben ser promovidos y remunerados según sus méritos. Los padres deben tomar un rol fundamental, fundado en la elección del colegio para sus hijos.

Espert – ya en Campaña

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