Cargando Cruces
Estoy encorvada de tanto buscar en mis pinturas una señal
de tu amor, de lo que soy cuando la tracción es a sangre.
Necesito ser en el viento una hoja de flor amarilla,
caerme a los pies de un artista e inspirar un dibujo.
Quedarme guardada en un libro de hojas maltrechas,
en una mochila con olor a humedad, llena de pelos de gato.
Quiero gritarle de frente a los cínicos que van bien,
pero hoy el silencio es mi mejor superpoder.
Me miro al espejo, una remera enorme, los pelos salvajes,
una bombacha, medias rosas y bordo,
hoy sí que estoy vestida para enamorarte.
Pinceles por todos lados, sólo faltaría que estén en la heladera;
un mate casi lavado, los auriculares todo el día en mis oídos,
Este es mi viaje interno, sólo en esta profundidad puedo ser.
Nacemos con una sensibilidad impuesta, cargando cruces,
llorando lo que el mar no llora, amando lo que las almas no son capaces
Paula Di Martino es artista desde pequeña. Escribe desde los diez años. Sus producciones varían desde reflexiones hasta poesías, libres y alocadas como su carácter. También es fotógrafa, y desde hace tres años incursiona en el mundo de la pintura abstracta llena de colores, como sus días.
“Podría decir muchas cosas de mí, prefiero entregar esa potestad a mis amigos, a los extraños de la calle, a quienes frecuento en un kiosco, bar o librería, ellos me conocen únicamente como yo aún no me he conocido”. Poli.
