La empresa Bioceres realizó un acuerdo con Havanna para el uso del trigo transgénico HB4 como ingrediente de los alfajores. La implementación de esta medida despertó innumerables manifestaciones de descontento, entre las que se incluye la campaña #ChauHavanna.
El pasado 7 de octubre, el trigo HB4, resistente a la sequía, recibió la aprobación regulatoria para ser cultivado en Argentina. Ésta fue otorgada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y constituye la primera aprobación en el mundo que recibió dicho trigo genéticamente modificado para ser cultivado y comercializado.
Dado que Brasil es el principal destinatario del trigo argentino, para que se pudiese poner en práctica el cultivo y venta se consignó que hacía falta la aprobación de dicho país. No obstante, la empresa Bioceres inició el proceso de aprobación para importación también en otros mercados, como Estados Unidos, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile y Colombia, y preparó las correspondientes solicitudes para Indonesia, Australia, Rusia y otros países de Asia y África.
La tecnología HB4 fue desarrollada como resultado de una colaboración público-privada de más de 15 años entre la empresa Bioceres (Trigall Genetics) y el grupo de investigación de la Dra. Raquel Chan (responsable del descubrimiento), directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), perteneciente a la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Esto hace que el desarrollo sea original y cien por ciento argentino.
Sin embargo, aún cuando la aprobación se dio después de varios años de estudios experimentales y evaluación por parte de las agencias y comisiones que integran el marco regulatorio para organismos genéticamente modificados de nuestro país, se ha desatado una fuerte polémica.
La Comisión Nacional (conjunto de organizaciones encargadas de verificar -antes de que sean liberados- los posibles impactos que pueden tener los organismos genéticamente modificados) afirma que “los riesgos derivados de la liberación de este organismo vegetal genéticamente modificado (OVGM) al agroecosistema, en cultivo a gran escala, no difieren significativamente de los inherentes al cultivo de trigo no GM…”, es decir, que incide en el ambiente igual que los no modificados, y que el trigo HB4 es tan seguro para el consumo humano y animal, y no menos nutritivo que el trigo convencional.
El gen que le confiere la tolerancia a sequía al trigo HB4 proviene del girasol y codifica para un factor de transcripción; esto permite que pueda resistir a la falta de agua (estrés hídrico), ya sea que se de por escacez de lluvias o por disminución en los riegos, permitiendo prever las consecuencias que esta clase de factores ambientales podrían tener en los cultivos. A su vez, permite que pueda ser cultivado en invierno en zonas en las cuales hay riesgo de sequía durante dicho período estacional.
Si bien nadie niega los beneficios que puede tener un cultivo de trigo que resista a ciertas condiciones climáticas, la polémica se debe al uso del gen de la tolerancia al herbicida glufosinato de amonio como gen de selección. Esto significa que las plantas de trigo modificadas no sólo son resistentes a la sequía sino que pueden sobrevivir al uso de dicho herbicida.
Aunque para el Consejo Argentino para la Información y Desarrollo de la Biotecnología en Argentina (Argenbio) el uso del herbicida como selector es favorable, ya que “existe la posibilidad de sumar ese herbicida como una herramienta más para complementar la paleta de herbicidas que se usa actualmente para el manejo de malezas en trigo, sobre todo frente a algunas malezas puntuales”; para muchas organizaciones ambientalistas fue una decisión completamente desfavorable y perjudicial para la salud.
Más aún, el acuerdo entre Bioceres y la empresa Havanna para la inclusión del trigo HB4 en sus alfajores, publicado el pasado 10 de mayo en la página web de la empresa de biotecnología, desató la campaña #ChauHavanna en las distintas redes sociales, principalmente en Twitter, que se suma a la campana #ConNuestroPanNO.
Distintas organizaciones agroecologistas, ambientalistas, científicos, abogados y personas del público general se han sumado a Insostenible.net viralizando imágenes y carteles en las cuales invitan a decirle NO a los transgénicos en general y al acuerdo entre Bioceres y Havanna, pero especialmente a decirle NO a los transgénicos resistentes a herbicidas que promueven el uso de estos y la pérdida de biodiversidad y de salud, además del deterioro del suelo, el aire y el agua.
Ya en diciembre próximo pasado se había hecho una carta abierta desde una parte de la comunidad científica argentina pidiéndole al gobierno nacional que diera marcha atrás con la medida de aprobación del trigo transgénico. Dicha carta fue firmada por al menos 1300 científicos de todo el país.
A su vez, se había realizado una audiencia pública como parte de la campaña #ConNuestroPanNo en contra de la aprobación de este trigo transgénico dado que promueve el uso de herbicidas y, a raíz de ello, la pérdida de biodiversidad y de salud.
Audiencia Pública Autoconvocada: Con nuestro pan NO. Trigo transgénico
Ahora, tras el acuerdo entre Bioceres y Havanna, distintos científicos nuevamente se han movilizado y expresado a través de las redes para concientizar a la población con respecto a los riesgos del cultivo del trigo transgénico resistente a la sequía y al glufosinato de amonio (un herbicida quince veces más tóxico que el resto).