La industria del maquillaje falso crece día tras día, y aún no existen prohibiciones para su distribución indiscriminada. Es así, como miles de personas se ven afectadas por sus componentes al utilizarlos, lo que provoca irritaciones, acné, ampollas y lesiones irritativas.
Sombras, labiales, máscaras de pestañas, e incluso perfumes forman parte de un inmenso universo que parece no tener límites. El barrio de Once es la sede principal de los mayoristas de maquillaje de réplica. Con una compra mínima de $5.000 pesos podemos acceder a una gran cantidad de productos.
Pero ¿Cómo detectar aquellos cosméticos falsos? ¿Cómo diferenciarlos de los originales?
La primera recomendación es comparar el packaging del producto. Si conocías el maquillaje previamente, es importante comparar las letras, la textura, el color, el grosor. También, tener en cuenta el precio de este, aunque este en oferta, no debe de bajar mucho el precio del que está en línea.
Es de suma importancia tener el sitio web oficial del proveedor en cuánto venden sus cosméticos. Otro tip elemental es el punto de venta. Si compras el producto en una tienda reconocida y tenes un problema, la empresa por ley se debe hacer responsable, en caso de que sea un comercio informal no.
Además, se recomienda revisar el código de barras, número de serie y la información de manufactura. El código de barras en los productos falsos no puede no coincidir con el país fabricante declarado en el empaque, y el número de serie en la gran mayoría de los casos ni siquiera se toman el tiempo de ponerlo.
Todos los cosméticos tienen un nombre que vienen impresos abajo de los labiales, polvos, etc. o en las mismas paletas de sombras, todos tienen nombres específicos. Nuevamente, es importante revisar la página oficial de la marca para verificar que los nombres sean reales y no inventados por revendedores.