POBREZA EN ARGENTINA: LA OTRA AMENAZA DEVASTADORA
Un nuevo informe de la UCA indica que la Argentina post pandémica será con el 50% de su población inmersa en la pobreza, alarma en el Gobierno.
Hay otro enemigo silencioso que avanza a pasos agigantados y no aparece en los medios con la misma fuerza que el virus. Se trata de la cantidad de pobres que sumará este confinamiento cuando termine. Lo más grave, es que arrastrará inevitablemente hacia el fondo del abismo a la clase media.
La pobreza histórica y heredada de la Argentina entro en este último tiempo en relación con los catastróficos efectos económicos de la cuarentena. Especialistas y estudios ya están hablando de entre un 45 y un 50% de pobres como escenario post pandémico, esto significa lisa y llanamente que podremos llegar a tener medio país en la pobreza. Así estimó Agustín Salvia, director del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, y a primera vista está solo a 6 o 7 puntos por encima de la última medición del INDEC.
En el estudio del tercer cuatrimestre de 2019 ya se habían encendido las alarmas, sin embargo, el incremento que se está observando hoy es la consecuencia del párate en el contexto del aislamiento, seguido de un primer shock demoledor contra la economía informal.
La baja estrepitosa del empleo derrumba los ingresos semanales que, si bien están siendo amortiguados de alguna manera por las políticas de transferencia y asistencia financiera del estado con los bonos AUH, de ingreso familiar entre otros, producen un efecto de compensación, pero de ninguna manera llegan a aminorar la emergencia. Por otro lado, los segmentos de clase media que tienen ingresos entre 30 o 40 mil pesos como límite, resultan ser los más perjudicados. Esto se debe a que las pequeñas y medianas empresas suspenden, reducen horas o bajan salarios a la mitad incrementando el empobrecimiento y unificando a los sectores más bajos
Pobreza y PBI en declive
Todos estos indicadores están directamente vinculados al consumo y el producto bruto interno, este último es otro de los factores que eclipsa los primeros meses de gobierno de Alberto Fernández. En un estudio sobre el PBI, Salvia señala: “Está bajando considerablemente y según proyecciones caerá entre un 6 o 7% incrementando el impacto anual”. Además, el director del observatorio agregó, “Las estrategias que está proponiendo el estado actualmente son de carácter compensatorio, esto hace que no se profundice la indigencia, pero obliga a hacer un pacto redistributivo después de la pandemia”.
Si bien todos estos factores están ligados y corresponden a una misma situación, el PBI viene zigzagueante y en declive históricamente, por esta mera cualidad queda completamente relegado en un segundo plano. En un documento presentado por el Banco Mundial se muestra que Argentina sufrió hasta la fecha 15 recesiones incluidas la del Covid-19 con una duración promedio de 1,6 años. 10 de las cuales están concentradas en los últimos 50 años. Según la estimación realizada por el Fondo Monetario Internacional, la caída prevista para el año 2020 sería de un 5,7% con respecto al nivel observado en 2019. Se debe tener en cuenta que se había producido en ese año una caída del 2,2% con respecto al nivel observado en 2018, lo cual implica un desplome acumulado de un 7,9% desde 2018 a 2020.
Después de la pandemia, como dijo el Presidente “Todos vamos a perder algo”, frase que lamentablemente ya se está convirtiendo en realidad con salarios deprimidos, menos pymes, más trabajadores desocupados, caída en la actividad y la demanda. La mirada hacia el futuro es dramática y ojalá encuentre a la sociedad argentina unida en la tarea titánica de reconstruir el país.