Muchas veces nos consultan las familias cuál es la importancia del juego. A veces preocupados nos preguntan: ¿van a jugar toda la sesión? Nuestra intención como terapeutas es brindarles de una manera clara y sencilla ciertas aproximaciones que permitan reflexionar sobre la importancia del juego en el desarrollo de los niños.
Nuestra época se encuentra teñida por el rechazo a la subjetividad en las clasificaciones diagnósticas y tratamientos en la clínica infantil que muchas veces niegan la necesidad del juego como constitutivo. Por eso podemos afirmar que no hay infancia sin juego.
Los juegos constituyen y estructuran el psiquismo infantil permitiéndole la formación del sujeto. De esta manera se le posibilita desde el mismo despliegue lúdico, ir tejiendo las experiencias y aprendizajes fundamentales de manera significativa para él.
Será a través de diferentes historias y tramas que se vayan armando en el vínculo con el terapeuta, que tendrá lugar la elaboración de los síntomas y los padecimientos.
En reiteradas ocasiones, observamos en la repetición de los juegos, aquello que angustia al niñ@, es allí el momento propicio para la intervención. Lo mismo ocurre cuando los niños presentan ausencia total o graves perturbaciones lo cual es un indicador de dificultades en su constitución.
Podemos decir entonces que los juegos de los niñ@s nos indican su nivel de desarrollo al expresar la posición del infante ante el otro y ante el aprendizaje.
Al jugar el niño transforma lo existente, crea, inventa y descubre algo nuevo o diferente. Produce una serie de transformaciones que transforman y lo transforman.
El niño jugando “se juega“ su propia posición, su relación al otro y su vínculo con el aprendizaje.
Autoras: Lic Maria Emilia Behm y Lic Marcela Belauzarán
Lic. Maria Emilia Behm, MN: 199470. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Su formación profesional comenzó con la tecnicatura en psicopedagogía en el terciario del Sagrado Corazón y luego completó sus estudios con la licenciatura en la Universidad Católica Argentina. Gracias a ello pudo nutrirse de distintas miradas: seudocientífica, psicoanalítica, cognitiva, entre otras que le permitieron posicionarse como terapeuta desde una mirada integral, holística, teniendo en cuenta tanto las necesidades como demandas de los pacientes y sus familias.
Instagram: @psicopedagoga.behm
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