El sábado 23 de noviembre el grupo Nunca es Tarde brindó una charla abierta al público en Villa Crespo, en donde un miembro de Al-Anon, una alcohólica en recuperación y un profesional de la salud mental hablaron sobre sus experiencias y sus puntos de vista sobre la enfermedad del alcoholismo.

“Mi vida ha sido afectada por el beber de mi padre”, cuenta Oscar, miembro de Al-Anon, quien de chico siempre fue muy tímido y tuvo constantes problemas en el colegio por lo que sus vínculos íntimos siempre fueron complicados. “No vivía en un hogar cómodo debido a que mi papá le pegaba a mi mamá. Realmente era muy difícil permanecer en ese lugar”, explica.

“Mis padres se gritaban entre ellos y yo no sabía hasta dónde podían llegar”, manifiesta Oscar y comenta que cuando otros niños hablaban en la escuela de lo que sentían al estar enamorados, él no lo entendía, pero si sabía sobre los sentimientos de enojo y de miedo. “De grande pensaba que mi vida era trabajar para tener cosas y nunca me puse a pensar en lo que yo realmente sentía por dentro”, cuenta Oscar y agrega que una vez que se acercó a Al-Anon se sintió contenido y encontró la paz que estuvo buscando durante tantos años.

“Siempre fui una persona muy triste y muy aislada de los demás”, sostiene Paola, una alcohólica en recuperación quien probó el alcohol por primera vez a los 14 años y a partir de entonces su consumo fue creciendo progresivamente. “Me encantó porque me sirvió para desinhibirme y poder relacionarme con los demás”, comenta y agrega que nunca le interesaron las drogas ya que lo suyo “era el alcohol” y que durante años lo utilizó al despertarse y también para irse a dormir.

“Cuando terminé la universidad, mis padres me regalaron un viaje a Brasil y yo recuerdo haber ido pero no recuerdo la mayoría de los días que estuve afuera ni como hice para volver”, cuenta Paola y comenta que tuvo episodios en los que perdió la conciencia a medida que cada vez tenía descomposturas más fuertes. “Me diagnosticaron depresión, pero yo seguía tomando a pesar de estar medicada. En ese momento me di cuenta de que tenía un problema con el alcohol y decidí acercarme a Alcohólicos Anónimos”, manifiesta.



“Los alcohólicos tienen una gran carencia de afecto, de sentido y de valores espirituales”, sostiene Martín Miseta, licenciado en Psicología y especialista en adicciones y agrega que son personas que carecen de una firmeza interior y que tienen además duelos sin resolver. “El alcohol es el máximo analgésico que hay, es lo que más calma a la persona y por lo tanto es lo que más cuesta dejar”, afirma Miseta.

“Viven a través del personaje, no de la persona”, comenta Miseta sobre los alcohólicos y agrega que sienten una gran falta de conexión consigo mismos y por ende tienen una gran falta de deseo, es decir, falta de proyectos personales. “La familia del alcohólico es por lo general una familia en donde no hay una buena comunicación”, sostiene Miseta y comenta que los hijos de los alcohólicos tienen el síndrome de la hipervigilancia, dificultad para amar y ser amados y una tendencia hacia la autodestrucción.

Si tenés problemas con el alcohol podés comunicarte al 011 4325 1813 o al 011 5263 8621.

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