El 22 de abril de 1985 comenzaron las audiencias contra los comandantes de la dictadura cívico militar, el cual culminaría 8 meses después con el alegato de “Nunca más”.
Un año y medio después de la vuelta de la democracia en 1983, en el Palacio de Tribunales de Buenos Aires comenzaron las audiencias de la Causa 13/1984. De esta manera, y sin contar con un antecedente mundial, la Cámara Federal juzgó desde ese día a las tres primeras juntas militares de la dictadura cívico militar instaurada en 1976.
Los jueces Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Aráoz, Guillermo Ledesma y Andrés J. D’Alessio, integrantes de la Cámara Nacional de Apelaciones, empezaron a escuchar centenares de testimonios de los sobrevivientes y familiares de las víctimas del exterminio que la última dictadura cívico-militar llevó a cabo en todo el territorio nacional.
La clave del juicio buscaba que la fiscalía pudiera probar la responsabilidad penal de los nueve comandantes: Jorge Rafael Videla, Roberto Viola y Leopoldo Fortunato Galtieri, por el ejercito, Emilio Massera, Armando Lambruschini y Jorge Anaya, por la Armada, mientras que, Orlando Agosti, Omar Graffigna y Basilio Lami Dozo por la Fuerza Aérea.
El 14 de agosto de 1985, terminó el juicio que contó con 833 testigos que relataron los hechos realizados por el gobierno de facto. La fiscalía, encabezada por Julio César Strassera, basó su accionar en las denuncias recogidas por la Conadep. Ante las declaraciones testimoniales, que mostraban la crudeza de los genocidas, se acusó por homicidio, secuestro, tortura, robo, allanamiento ilegal y falsedad documental, en el marco de la ejecución de un plan sistemático concebido por la más alta jerarquía militar.
El 9 de diciembre de 1985 y con transmisión por cadena nacional, se dictaron las sentencias a los imputados. Videla y Massera, fueron condenados a prisión perpetua, Viola recibió 17 años, Lambruschini ocho y Agosti cuatro, en tanto que el resto de los acusados quedaron absueltos.
En diciembre de 1990, los represores que fueron condenados en este juicio se vieron beneficiados por los indultos que dictó el expresidente Carlos Menem y quedaron en libertad. Sin embargo, la derogación y anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en 2003, volvió a sentar en el banquillo de los acusados en 2005.
Raúl Alfonsín, la pieza clave para llegar al juicio.
Durante la campaña para las elecciones de 1983, el candidato radical propuso tres niveles de responsabilidad para juzgar la responsabilidad de los genocidas: quienes dieron las órdenes, quienes las cumplieron y quienes se excedieron. Al mismo tiempo, había propuesto declarar nula la autoamnistía del último dictador, Reynaldo Bignone. Mientras que, Ítalo Luder, candidato por el peronismo, daba por válida la autoamnistía.
El 13 de diciembre de 1983, apenas 72 horas después de haber asumido, Alfonsín puso la piedra firmo el decreto 158, en el que ordenaba juzgar a las juntas. Dos días más tarde se creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). El 20 de septiembre de 1984, el informe de la Conadep certificó que hubo 8961 desapariciones y funcionaron más de 300 centros clandestinos de detención, secuestro, tortura y asesinato.
Reacciones a los 35 años del juicio a la junta
El presidente publico en su Twitter: “Hoy se cumplen 35 años del histórico Juicio a las Juntas, que fue más que una decisión valiente de Raúl Alfonsín: fue el grito de justicia de una sociedad que no estaba dispuesta a convivir con la impunidad de los genocidas y es hoy uno de nuestros acuerdos sociales más sólidos.”
Mientras que el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, argumento: “el Juicio a las Juntas sentó las bases de un proceso democrático que es irrevocable en Argentina”.
En la cuenta de la Casa Rosada, fue posteada una foto de los ex comandantes de las Fuerzas Armadas juzgados con el sobreimpreso de la célebre frase del fiscal del juicio, Julio César Strassera: “Señores jueces, nunca más”.
Las Abuelas de Plaza de Mayo expresaron: “el 22 de abril de 1985 comenzaron las audiencias del juicio que dio inicio a un proceso justicia, con avances y retrocesos, pero sin antecedentes en el mundo: la Cámara Federal juzgaba a los criminales de la dictadura”.
[…] Menem, quien estuvo preso de la dictadura militar en las Lomitas, tomó el argumento de la “reconciliación nacional” para firmar en 1990 uno de sus más polémicos decretos: el indulto con el que liberó a los comandantes de la Junta Militar condenados por múltiples y gravísimos delitos contra la humanidad. […]
hola