Fueron los primeros en cerrar y serán los últimos en volver. Las salas independientes en el circuito de Buenos Aires están en peligro y con daños irreversibles. La crisis expone y acelera una agonía histórica.
La cuarentena y el aislamiento por el coronavirus afecta cada vez más a los espacios culturales de la ciudad. Luego de 328 estrenos suspendidos, 375 funciones interrumpidas y 51 giras canceladas el circuito de teatro independiente se encuentra herido de muerte, con muchas de sus salas en estado terminal. Liliana Weimer presidenta de ARTEI (Asociación Argentina del Teatro Independiente de Buenos Aires) y el productor teatral Carlos Rottemberg coinciden en que no se puede esperar ni un minuto más y las autoridades deben actuar inmediatamente.
La crisis no solo afecto a los artistas también alcanzó a cientos de trabajadores de la escena independiente como técnicos, boleteros, personal de mantenimiento y administradores entre otros que definitivamente dependen de la ayuda de las autoridades para seguir existiendo. “El panorama actual es de extremo peligro. Todos los hacedores del teatro sufren una paralización sin precedentes. Nuestra actividad será de las últimas en poder abrirse y eso nos hace ser uno de los grupos más perjudicados por la situación pandémica que vivimos”, aclara Weimer.
La parálisis de actividades en nuestro país llevo al gobierno a anunciar en marzo una serie de ayudas financieras, sin embargo, ninguno de los espacios culturales ha cobrado hasta la fecha. “Si bien las ayudas en su momento a nivel nacional fueron positivas con la llegada del Plan Podestá, cuando hablamos de lo que pasa en la ciudad lamentablemente y después de varias reuniones donde se habló mucho, lo cierto es que ninguna de nuestras salas ha cobrado el aporte de emergencia que las autoridades habían prometido”, agrega la presidenta de ARTEI.
En torno a esta delicada situación Carlos Rottemberg recuerda otros momentos de crisis en el ambiente “En el país se vendían 6 millones de entradas entre teatro y musicales. En los años 2001, 2002 se perdió el 35% de golpe, mientras que en estos últimos cuatro mermo el 29%, pero paulatinamente”. Esto quiere decir que todavía hay un porcentaje que se podría rescatar en lo que queda del año y procurar que la temporada veraniega sea lo más normal posible.
Lo cierto es que decretar el aislamiento obligatorio acelero la precariedad del sector y la dificultad de mantener abiertas ciertas salas de las cuales muchas pagan alquileres desorbitantes. En los primeros días de abril muchas ya se habían convertido en galpones y depósitos de verduras para subsistir, el primero en bajar el telón fue el teatro Abasto Social Club y después continuo con esa suerte el Centro Cultural Freire en el barrio de Colegiales, en ambos los vecinos podían disfrutar de una variada programación de teatro, bandas musicales, ferias, milongas y además una propuesta gastronómica de gran nivel. Si esto sigue así lamentablemente se prevén 3 cierres más durante julio y agosto.
Desentendiéndose de los reclamos desde el Ministerio de Cultura afirmaron que hace una semana los pagos de Proteatro ya empezaron a distribuirse, aunque reconocen que todavía no completaron la totalidad, ¿se llegará a tiempo? “La pandemia va a pasar, lo que hay que ver es cómo quiere ser recordada la clase empresarial argentina después de esto”, sentenció Rottemberg.