Era desde hace más de dos décadas comandante del grupo élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, quien forjó su reputación de hombre aguerrido durante los ocho años que duró la sangrienta guerra entre Irán e Irak, en la década de 1980.
Soleimani, nació en marzo de 1957, se incorporó a la Guardia Revolucionaria en 1979, poco después de la Revolución Islámica encabezada por el ayatolá Jomeini que terminó con el poder de los Sha, viejos aliados de Estados Unidos en la región.
En 1998 se convirtió en el jefe de la fuerza Quds. Dicha organización es la responsable de las acciones militares de las fuerzas iraníes en el extranjero. Las principales labores de las fuerzas de organizar y sostener a las fuerzas chiítas proiraníes en Siria, Líbano e Irak.
Desde esa posición, fue el responsable de los lazos tejidos por Teherán con la milicia libanesa de Hezbolá y con grupos palestinos como Hamás. Además, se le atribuyo haber definido la estrategia que ayudó al presidente Bashar al Asad en la guerra contra las fuerzas rebeldes en Siria. Mientras que tomaba el control de las milicias chiitas en Irak, que recibían apoyo y entrenamiento de Irán.
En 2011 por su estrecha relación y ser hombre de confianza del Ayatola Alí Jamenei, es nombrado general de la división. En ese cargo, fue una clave en la guerra contra el Estado Islámico en Irak y Siria ya que la presencia de las tropas iranies fue clave para la derrota del EI.