El Centro de Estudios Nueva Vida (CENV) transmitió una charla en vivo por Instagram a cargo de la psicopedagoga María Inés Manrique, quien propuso diferentes estrategias para comprender y acercarse a los adolescentes en época de cuarentena.
“Adolecer significa padecer y tiene que ver con padecer un dolor. Los adolescentes están transitando un período de la vida en donde hay un crecimiento y hay un desarrollo que duele. Crecer duele en distintos ámbitos de nuestra vida”, comenta Manrique y agrega que “nosotros podemos frenar nuestras salidas al aislarnos y al estar en casa pero el desarrollo evolutivo no se toma cuarentena sino que continúa avanzando”.
“A partir de estas nuevas medidas no podemos pretender que cambien todo lo que era habitual en sus vidas en un instante para adaptarse a la nueva realidad. Debemos tener paciencia. Hay que darles tiempo ya que todo a lo que ellos estaban acostumbrados a hacer con autonomía ahora cambió”, explica la especialista y comenta que ahora al no poder salir, tampoco pueden tener contacto con sus amistades ni pueden hacer las actividades que hacían habitualmente.
“En esta etapa ellos están buscando un momento de independencia, de autonomía, de identificación con su grupo de pertenencia al alejarse de la familia para insertarse en la sociedad desde otro lugar”, señala Manrique y agrega que “este espacio propio de diferenciación que ahora se ve coartado, está interrumpido, entonces tenemos que plantearnos cómo vamos a hacer nosotros dentro de casa para ayudarlos a manejar esa frustración que se les genera y que es lógica y esperable”.
En este sentido, la especialista sugiere que el primer paso es tener empatía y comprenderlos. “Muchas veces los adolescentes pueden sentirse en un mismo día súper eufóricos, alegres y con ganas de hacer un montón de cosas y en un instante estar deprimidos, angustiados, tristes y esto es normal, es esperable en esta etapa del desarrollo y del crecimiento”, manifiesta y sugiere que tratemos de ponernos en el lugar de aquellos que tienen pareja y que quieren verse y no lo pueden hacer.
“El segundo paso es conversar. Hay que preguntarles cómo se están sintiendo, qué les está pasando. Los adolescentes están en la edad en la que les gusta debatir, que les gusta averiguar e investigar por sus propios medios y sobre todo de llevarnos la contra en muchas de las cosas que decimos porque es algo natural”, comenta Manrique y recomienda que validemos sus emociones al habilitar esos espacios en donde ellos puedan hablar sobre lo que están sintiendo.
“Debemos respetar la intimidad del adolescente. Es por eso que no debemos revisar su celular. El celular es parte de su intimidad y si se lo reviso automáticamente pierdo su confianza”, explica la especialista y subraya que es importante buscar un momento del día en el que ellos puedan estar solos y que tratemos de brindarle como familia ese espacio dentro de nuestras casas.
“Es importante que les habilitemos la tecnología porque es el único momento en el que van a tener interacción social a través de sus redes sociales. Además, muchos de nuestros adolescentes están recibiendo tareas en grupo y no hay otra forma de hacerlas si no es a través de Internet”, comenta y señala que “debemos estar cerca pero sin invadirlos”.
“No debemos compararlos con sus hermanos ya que eso hiere su subjetividad y su autoestima. Debemos conocerlos y destacar sus puntos fuertes pidiendo su ayuda y su colaboración al hacerlos partícipes y al darles la importancia como un miembro más de nuestra familia”, explica y agrega que “nuestras palabras tienen mucho peso, son muy importantes y es por eso que los hechos deben estar acompañados de nuestras palabras. Tenemos que ser coherentes con lo que hacemos y les decimos”.