Estudiar una gran cantidad de contenidos puede resultar complejo si no priorizamos la información, o no tenemos una metodología especifica para hacerlo. Por este motivo, te presentamos cuatro herramientas de estudio valiosas para aprobar tus exámenes.
Método Cornell
A diferencia de los habituales apuntes en los que se transcriben todas las palabras que dice el docente, esta técnica ayuda a sintetizar los aspectos más importantes de las clases y a tener las notas organizadas y explicadas. Además, demuestra que es muy efectivo prestar atención durante las clases, ya que mejora la concentración, la escucha y el análisis de la información.
Para ello, lo primero es estructurar un cuadro con cuatro secciones distintas: título, conceptos clave, notas de clase y resumen. La idea es que, debajo del título, el folio se divida en dos columnas, siendo el lateral izquierdo la zona de ‘conceptos clave’ y el derecho el de las ‘notas de clase’. De este modo, se vuelcan los apuntes en el lado derecho y, posteriormente, se extraen en el lado izquierdo las ideas principales anotando, además, preguntas relacionadas. Después de repasar las notas, llega el momento de elaborar un breve resumen que sintetice con palabras propias el contenido.
Técnica pomodoro
Su nombre guarda origen en el temporizador de cocina con forma de tomate y el objetivo de este método es gestionar mejor el tiempo. De este modo, se propone fraccionar los momentos de estudio en bloques de 25 minutos de intensa actividad (cada bloque es un pomodoro), que deberán alternarse con pequeños descansos de 5 minutos. Cada cuatro bloques de estudio o pomodoros el descanso debe ser mayor, de unos 20 a 30 minutos.
Aplicando este sistema se consigue no solo una mayor conciencia del tiempo dedicado a cada tarea, sino más control para evitar distracciones, mejorar la planificación y la motivación y reducir el agotamiento, ya que obligamos a nuestro cerebro a trabajar en los momentos de mayor actividad y le imponemos pequeños descansos intermitentes que potencian el rendimiento.
Método Robinson
Es una estrategia de aprendizaje estructurada en cinco pasos: explorar, preguntar, leer, recitar y repasar. Resulta muy útil porque favorece la comprensión y la habilidad para asumir nuevos conceptos. De este modo, en la fase de exploración se propone una lectura rápida del material, fijándose en titulares e índices para hacerse una idea de lo que se va a estudiar.
Sistema Leitner
Consiste en elaborar tarjetas o ‘flashcards’ en las que por una cara se ha formulado una pregunta sobre el temario y por la otra la explicación desarrollada. El estudiante deberá contestarlas y las que responda incorrectamente se clasificarán en un montón diferente que deberá revisar más adelante. Lo que este método plantea es el estudio por medio de repeticiones, de tal modo que se le dedique más tiempo a aquellas tarjetas que más cuesta comprender.