El año es 4208 d. C. Un joven muchacho y su sabio, aunque modesto, abuelo observan atentamente la formación de una hipernova a través de una de las pantallas disponibles en uno de los veintitrés recintos que componen el emplazamiento urbano Musk -el más próspero de los tres establecimientos que forman parte de la colonia espacial Verne, asentamiento contenido en un cilindro de O’Neill ubicado en el quinto punto de Lagrange del sistema Tierra-Luna. Ambos debaten acerca de tópicos diversos mientras contemplan absortos la transmisión de aquel memorable suceso que ocurre a 1963 millones de años luz de distancia.
-¿Qué son las almas gemelas? -le consulta el joven al versado anciano.
-Es una pregunta que me he propuesto responder hace ya mucho tiempo. En honor a la verdad, no considero ser alguien lo suficientemente capacitado como para ofrecerte una respuesta singular, definitiva e incuestionable. De la misma manera, no creo que exista ser vivo íntegramente calificado para establecer semejante axioma apodíctico, y quien asegure serlo no es más que un absurdo mendaz que sostiene sus aseveraciones en vulgares sofismas. La verdad de un hombre es el resultado de sus saberes y sus experiencias y, en consecuencia, jamás podrá existir tal cosa como una verdad universal que otro hombre no se atreva a cuestionar. Sin embargo, confieso que he aprendido una o dos cosas en esta vida que me permiten tener cierto conocimiento en la materia a tal punto que creo ser capaz de contribuir en la elucidación del asunto y así disipar parcialmente la bruma de la dubitación.
-Comprendo que es un enigma tan complejo como fascinante. Supongo que como tal alguien ya habrá estudiado el asunto. Probablemente algún erudito se habrá acercado a una solución más o menos aproximada.
-Me gusta creer que ese es el caso -reflexiona su interlocutor frotando su barba.- Naturalmente cada ser que compone la humanidad se encuentra dispuesto a ofrecer una contestación más o menos acertada al interrogante que propones. No obstante, lo acepten o no, siempre prevalece una incógnita, una duda o algún vacío que no puede ser justificado o explicado. Partiendo del mito del Andrógino relatado por Platón en El Banquete, las religiones, la filosofía, la psicología y hasta la teosofía se han propuesto articular una serie de enseñanzas y doctrinas con el objeto de dar con una solución para tal cuestionamiento. Incluso la literatura -de la mano de autores de la envergadura de Coelho y Shakespeare- procuró contribuir por su parte. Sin embargo, tal como en cualquier otra materia del conocimiento humano, el hombre permanece insatisfecho y la duda lo motiva a seguir indagando y teorizando con el anhelo de algún día poder desvelar una suerte de verdad definitiva y así constituir un dogma indisputable.
-Entiendo -replica meditabundo.- Es difícil definir lo que es en esencia, pero ¿es posible identificar a nuestra alma gemela? ¿Existirá algún modo, señal o guía que nos lo permita?
-Es fútil suponer que hay un estructurado e indefectible modo, método, señal o guía que nos permita reconocer a nuestra alma gemela. Más bien, es un acaecimiento que implica paciencia, azar y coincidencia. Reconocerás a tu alma gemela el día en que descubras en una persona a tu mejor amiga, tu fiable confidente, tu fiel apoyo, tu refugio en medio de la tempestad, tu eficaz guía, tu segura morada, y alguien con quien siempre encontrarás un motivo para hablar largo y tendido, reír como si no hubiese un mañana y soñar con un futuro compartido como si hubiese mañanas infinitos. Sé amable con toda persona que te rodee, esparce bondad y caridad a donde sea que vayas, disfruta de cada día y permanece fiel a lo que te dicte el corazón y la razón, y oportunamente podrás gozar de la buena fortuna de hallar a tu alma gemela.
-Espero algún día tener tal suerte -se detiene por un instante el reflexivo muchacho.- Sin embargo, sino existe una señal o guía para orientarme, entonces no podré conocer ni el tiempo ni el lugar correctos. ¿Acaso queda alguna certidumbre?
-No esperes encontrar una marca especifica dispuesta sobre un mapa o una fecha señalada en un calendario. Ojalá pudieran existir semejantes cosas -agrega con una afable sonrisa.- Se trata de algo más flexible, arbitrario e imprevisible. Un alma gemela se halla en aquella persona que te motiva a seguir adelante a pesar de las desventuras y las adversidades. Te enseña cada faceta de su persona ya sea buena o mala sin filtro ni reserva, te impulsa a luchar por aquello en lo que crees, te recuerda quién eres y lo que vales cuando te sientes extraviado, te devuelve la felicidad cuando te encuentras atribulado, te reconforta y anima cuando cuestionas tu fortaleza o tu valor. Un alma gemela es sinónimo de confianza y guía, fuerza y energía.
-A propósito, pese a que anhelo ser feliz, existen ocasiones en las que estoy lejos de serlo. ¿Cambiará eso cuando conozca a mi alma gemela y entonces podré conocer la felicidad plena?
-En efecto, serás muy feliz, empero también conocerás la pena. Las almas gemelas eventualmente atraviesan por pesares, dudas, dolores y sufrimientos. El ser humano sin el dolor es una criatura que ha sido privada de uno de los más poderosos motivadores a la hora de ponerse de pie y hacer un cambio. La pena es una cátedra esencial en la vida y sus lecciones, aunque súbitas e indeseadas, propician el desarrollo de nuestras personas y la compleción de nuestros viajes. Una relación no es perfecta porque no haya pesares o errores. Una relación es perfecta porque a pesar de estos, ambos tienen la voluntad de luchar codo a codo por un bienestar compartido y desinteresado.
-Tal vez sea prematuro, pero admito que he estado pensando en el asunto y no he podido evitar imaginarme a esa persona ideal. ¿Cree usted que la encontraré?
-Si bien es comprensible tener expectativas, sueños y anhelos pues es parte inherente de la naturaleza humana, no es prudente abandonarse a la expectación y lo correcto es dejarse llevar por la curiosidad. Rara vez nuestra alma gemela es aquella persona con la que siempre hemos soñado. No hay modelos esperados. No existen planes perfectos. En este plano de la existencia no hay tal cosa como especímenes fieles a los estereotipos prediseñados en nuestros esquemas mentales. Jamás confundas a esa persona idealizada con tu alma gemela pues no suele ser más que una lección de vida que, luego de infligir una revolución caótica en tu persona, reforzará tu carácter y organizará tus pensamientos y sentimientos.
-Es indudablemente un tema tan maravilloso como incierto. Tan vasto como inescrutable. Probablemente sea uno de los misterios más grandes y antiguos en la historia de la humanidad -prosigue el abstraído muchacho.- Aunque aún abrigo ciertas dudas, al menos varias de mis ideas están más aclaradas. Creo que al fin entiendo. Gracias.
-No hay de qué. Ahora bien, considero que tu pregunta inicial merece una respuesta. Precisa o aproximada, he aquí la verdad que la vida me ha revelado -acota el anciano.- Tu alma gemela se encuentra en aquella persona que te aprecia y te ama a pesar de tus defectos y tus errores y naturalmente los respeta pero también te ayuda a pulirlos con paciencia y esmero porque sabe que ustedes valen la pena. Tu alma gemela es aquel ser maravilloso que te acompaña en la certeza y en la incertidumbre, las alegrías y los pesares, la salud y la enfermedad, el acierto y el error. Un alma gemela es quien tira abajo los muros detrás de los cuales antes te refugiabas y te arrebata el escudo que cargabas. ¿Te sientes vulnerable? Por supuesto que sí. No obstante, en el fondo, sabes que es lo correcto porque puedes confiar en ella y, por consiguiente, puedes entregarte tal como eres. Ya no habrá máscaras ni ansiedades. Finalmente podrás enseñarle quién eres sin temor alguno. Anulará tus defensas, dará vuelta a tu mundo, despertará todo aquello que traías dormido y te enseñará un formidable universo repleto de nuevas posibilidades. En definitiva, en la vida hay muchos amores. Hay amores fugaces y flexibles, pero también hay amores duraderos y sólidos. Hay amores fervorosos y otros no tanto. Hay amores que inspiran regocijo y otros que infringen dolor. Hay amores idealizados y amores realistas. Hay amores superficiales cual la buena portada de un mal libro y amores extraordinarios cual el verso inspirador con el que te topas en el rincón más inesperado de aquella librería de la cual jamás habías escuchado hablar. Hay amores sofocados por el silencio y amores que son proclamados a los cuatro vientos sin temor ni censura. Hay amores esperados y amores fortuitos. Hay amores que gritan a viva voz en las calles al mediodía y otros que solo se reconocen bajo las sábanas en la privacidad de la noche. Sin embargo, hay un amor singular, excepcional y supremo, el cual es más puro, firme, generoso, imbatible y robusto que cualquier otro: el amor de un alma gemela.
Marcos Augusto Lagardo Gómez es estudiante del Profesorado de Inglés. Obtuvo el primer premio en el certamen de poesía “Un Tal Cortázar” de la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en el año 2014 y el tercer premio en el certamen “Un Mundo en mi Biblioteca”. Fue disertante en el “Congreso Regional ReCrear” en los años 2017 y 2019, y monitor del eje “Educación de Calidad” en el marco del “I Foro Provincial de Jóvenes por los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.