Bartolomé Mitre, tataranieto del ex presidente de la República con el mismo nombre y director del diario La Nación desde el año 1982, murió este miércoles a los 79 años. Había sido trasladado a un sanatorio porteño el martes pasado por distintos problemas de salud. Fue el representante de la cuarta generación Mitre que estuvo al frente del diario.
Nacido el 2 de abril de 1940 fruto del matrimonio entre Bartolomé Mitre (padre) y María del Rosario Noailles, ingresó a La Nación en 1966, tras el golpe de Estado llevado adelante por Juan Carlos Onganía. Ya era abogado y se acababa de casar por primera vez. A partir de 1976 fue presidente del directorio. Como director de La Nación fue el encargado de introducir la tinta de color, un cambio revolucionario para la estructura tradicional del diario. Trajo al país y contrató como columnistas a intelectuales como Mario Vargas Llosa y Octavio Paz. Durante esos años La Nación se mantuvo en el segundo lugar de los periódicos más vendidos detrás de Clarín.
Su preocupación como director fue mantener la línea histórica. En una entrevista que le realizara Jorge Fontevecchia para su libro Periodismo y verdad definió a la publicación como “un diario liberal que está más cerca de la derecha. Pero siempre me he resistido a definirlo como de derecha”. Mitre creía que un diario no debía cambiar demasiado, que los cambios abruptos eran una traición a los 150 años de historia y a sus antecesores, que el secreto para perdurar era permanecer iguales aunque acompañando los progresos tecnológicos.
Además del diario en papel, intentó diversificar los negocios de la empresa al ser pionero en tecnología satelital, licitar para canal de televisión (obtuvieron Canal 2 de La Plata pero rechazaron la adjudicación) o comprar en los ochenta Radio del Plata. Sin embargo, en esos años la brecha de ventas con Clarín se fue ampliando aunque La Nación conservó todos ese tiempo su caudal de lectores. Su principal competidor se dedicó también a otros medios y a otros negocios convirtiendo a Clarín en un multimedios y expandiendo sus intereses hacia la telefonía, internet y otras ramas. Sin embargo, pese a la competencia, siempre afirmó ser amigo de Héctor Magnetto, con el cual condujeron durante décadas la empresa Papel Prensa.
En 1995, después de más de un siglo, la familia Mitre dejó de tener la mayoría accionaria del diario. Los Saguier, descendientes también por parte de madre de la misma familia, adquirieron el paquete mayoritario. Dos de los tres hermanos (Luis Emilio y María Elisa) de Bartolomé vendieron su parte quedándose sólo con el 5%. Bartolomé se negó a hacerlo, conservó su caudal de acciones y se mantuvo como director general aunque perdió el manejo del diario a manos de la familia Saguier.
En una de sus escasas apariciones públicas, en 2008, se mostró muy crítico con el gobierno kirchnerista al que llegó a acusar de “dictadura con votos” en una entrevista con la revista brasileña Veja. La relación con Néstor Kirchner había sido complicada desde el inicio. Antes de la campaña electoral que lo llevó a la presidencia, Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz, publicó una solicitada en los grandes medios nacionales con palabras muy fuertes contra La Nación y en especial contra su director, Bartolomé Mitre.
Luego de la crisis por la Resolución 125, la Ley de Medios y el resurgimiento de la causa Papel Prensa, la relación se rompió definitivamente.
Sus últimos años los vivió atravesado por los problemas de salud. En 2011 recibió un trasplante de riñón. Luego de algunas complicaciones, logró recuperarse aunque pasado un tiempo las internaciones se multiplicaron.
Además del periodismo, le apasionaba la historia. Jugó al polo durante casi cuatro décadas. También le gustaba el tenis y era un fervoroso hincha de Racing.
Se casó en tres oportunidades. La primera de ellas con Dolores González Álzaga con quien tuvo tres hijos: Dolores, Rosario y Bartolomé. Con su segunda esposa, Blanca Isabel Álvarez de Toledo, tuvo a Esmeralda, figura mediática. Su último y definitivo matrimonio fue con la modelo Nequi Galloti con quien tuvieron a Santos.
La historia de amor con Nequi comenzó en el verano de 1992 en Punta del Este. Ambos estaban recientemente separados. La diferencia de edad, veinte años, no pesó. Decidieron disfrutar la vida. No hablar de compromiso, ni de hijos. Viajar, caminar, disfrutar. Ese era el plan inicial. Pero la pareja se casó en 2001 y Santos nació poco después. Bartolomé Mitre dijo que ser padre a los 60 lo había rejuvenecido, que tenía una significación diferente para él, que en ese momento de la vida podía disfrutar de la paternidad y acompañar el crecimiento de su hijo más de cerca.
En el año 2014 el diario español ABC le otorgó el premio Luca de Tena que le fue entregado por los reyes de España. En esa gala expresó, una vez más, su fe en la prensa gráfica y en los diarios: “Cuando se inventó la radio dijeron que acabaría con los diarios, luego llegó la televisión y repitieron argumentos. Ahora pasa lo mismo con la web. Seguiremos viviendo mucho tiempo y evolucionando. En Sudamérica a la mayoría de las empresas periodísticas, salvo las que tienen problemas políticos con sus gobiernos, les va bien. Tal vez venderemos menos, pero los diarios seguirán existiendo”.
Bartolomé Mitre falleció en la ciudad de Buenos Aires cerca de cumplir los 80 años. Fue un empresario periodístico que atravesó su tiempo y fue atravesado por él. La Nación seguirá existiendo pero ya no la dirigirá alguien con el nombre y apellido de su fundador. El próximo director no será un Mitre.